Siguiendo con nuestro compromiso de traeros cada semana una nueva historia sobre el mundo de las especias, hemos decidido comenzar con el papel de la ciudad de A Coruña en el comercio de las especias.
La Casa de Contratación de las Indias
A modo de contexto debemos conocer que en Abril de 1495 los Reyes Católicos concedieron a los súbditos castellanos el derecho a ir a los territorios descubiertos por Cristóbal Colón para instalarse, explorar o ejercer el comercio, aunque bajo ciertas condiciones: los barcos debían zarpar del puerto de Cádiz (y posteriormente del de Sevilla), siendo registrados por oficiales reales, y debiendo recalar allí en su vuelta de las Indias. Una décima parte del tonelaje era reservada para el uso de la Corona, libre de flete, se dirigiese el navío a practicar el comercio o bien a hacer exploraciones, y otra décima parte de todo cuanto se obtuviese de la empresa debería ir a parar a la Real Hacienda castellana.
Dicha libertad condicionada para viajar a las Indias, finalizó el 3 de diciembre de 1501, cuando los Reyes Católicos restablecieron la prohibición de viajar a las Indias sin licencia real para, finalmente en el año 1503, ordenar la fundación en Sevilla de la Casa de Contratación de las Indias, siendo el objetivo de dicha institución el de controlar y registrar el comercio de todas las mercancías y suministros navales relacionados con el comercio de las indias, y recibir además todo lo que a España se trajese de las nuevas colonias, con un objetivo claramente fiscalizador (garantizando que el oro y mercancías traídos de las Indias eran los mismos que se habían embarcado).
La Casa de la Especiería de La Coruña
Sin embargo, el establecimiento del monopolio de las especias en Sevilla no fue del agrado de muchos comerciantes y nobles. Por un lado estaban las abusivas tasas impuestas al comercio de las especias por la ciudad de Sevilla.
Por otro, el interés por establecer dicha Casa de la Especiería en A Coruña, respondía a su conveniente situación geoestratégica con respecto a Portugal y Flandes, más cerca que Sevilla y que Cádiz a los emporios del norte de Europa. Y por supuesto, la posibilidad de competir con el puerto de Lisboa también fue a buen seguro otro atractivo muy valorado.
El noble Fernando de Andrade, el arzobispo de Santiago así como otros nobles gallegos y muchos comerciantes castellanos, solicitaron pues del rey la creación de una Casa de la Contratación en la Coruña, destacando además de la ventaja de ser un puerto más conveniente para los mercados del norte de Europa que el alejado de Sevilla, la renuncia a ciertos privilegios que hacían mucho más atractiva a la corona el establecimiento de una casa de Contratación en La Coruña frente a las exigencias de la ciudad de Sevilla.
Fueron pues muchas las presiones e intereses recibidos por Carlos I para el establecimiento de una Casa de Contratación de Especias en A Coruña, que finalmente, en una capitulación de fecha 22 de diciembre del año 1522, otorga a la Casa de la Contratación de La Coruña la trata de la Especiería, siendo parte de los privilegios o derechos de dicho organismo la organización de sus flotas y expediciones, principalmente a las islas Molucas. Dicho privilegio le supuso a la ciudad de A Coruña un importante impulso en su economía, aunque también incrementó de igual manera su exposición a ataques de piratas.
La expedición de Jofre García de Loaysa
También García Jofre de Loaísa, en una carta al rey expone la conveniencia de contar con un puerto de mayor calado que el de Sevilla, para la entrada y salida de naves de mayor tonelaje (poco a poco, el tamaño de los navíos iba incrementándose), comprometiéndose además, junto con un grupo de armadores y comerciantes, sufragar y organizar una flota para tomar y colonizar las Yslas del Maluco (islas Malucas) antes de que lo hiciesen los portugueses.
Tras tres largos años de preparativos, la expedición, al mando de García Jofre de Loaísa, partió el 25 de Julio de 1525 de A Coruña, contando con Juan Sebastián Elcano como uno de sus capitanes.
Sin embargo, dicha expedición no fue precisamente afortunada. Tormentas, escorbuto e infortunios varios provocaron que, de los siete barcos y 450 marineros que partieron, solo una nave fuese capaz de alcanzar las Islas Molucas, donde además se hubo de enfrentar durante más de un año a los portugueses, que habían llegado antes, para acabar encima derrotados.
Además, en dicha expedición murieron tanto García Jofre de Loaísa como el propio Elcano. Tan sólo 24 marineros lograron regresar a Lisboa en 1536, once años después de haber partido de A Coruña.
Para entonces, ya hacía siete años que la Casa de la Contratación de La Coruña o de la Especiería había desaparecido (año 1529), por causa del Tratado de Zaragoza que firmó España con Portugal, si bien en dicho año el rey había concedido, además de a La Coruña a otras ciudades –Bayona, Avilés, Bilbao, San Sebastián, Cartagena, Málaga…- el derecho a organizar sus propias expediciones, para competir así con el monopolio sevillano.
(próxima entrega: las islas Molucas)
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Referencias:
Las competencias inspectoras y judiciales de la casa de la contratación hasta el reinado de Felipe II (Francisco Javier Díaz González (Universidad de Alcalá / ACISAL http://dspace.uah.es/dspace/handle/10017/5976)
La casa de la contratación de La Coruña en el contexto de la política regia durante el reinnado de Carlos V (István Szászdi - Doctor de Historia del Derecho y las Instituciones.Universidad de Valladolid)